Republicado. Originalmente publicado 6 de septiembre de 2022 @ 12:13
El carbón vegetal es un residuo negro y liviano de la madera, que se obtiene al calentarla en ausencia de aire. Con ello se elimina el agua y otros compuestos. Esto hace que su poder calorífico sea superior al de la madera, y que no genere humo ni llama al arder.
Su utilidad principal es como combustible, pero también se utiliza en metalurgia (para la producción de acero), para producir pólvora, en agricultura, como absorbente, y como clarificante de bebidas alcohólicas.
La pólvora negra se compone de un 75 % de salitre (nitrato de potasio), un 12 % de azufre y un 13 % de carbón vegetal.
En el proceso de fabricación pueden obtenerse otros elementos (metanol, alquitrán de madera, etc.) que no trataremos ahora. Siendo un producto que es sencillo de hacer, será importante conocer como fabricarlo. La materia básica será la madera, por lo que necesitaremos una provisión importante de esta.
Recuerda que, como cualquier actividad que utiliza fuego, debes tener la máxima precaución, realizando el procedimiento en un lugar adecuado y vigilando todo el tiempo.
Con un barril y una fogata
Utiliza un barril grande. Hazle un agujero en la tapa. Llénalo con madera, en trozos de unos 10 cm. Que no queden espacios vacíos.
Por fuera, arma una fogata con bastante leña y mantenla encendida hasta que no salgan gases por el agujero del barril. Esto puede tomar un varias horas, hasta un día, dependiendo del tamaño del barril y cantidad de madera. Necesitarás bastante combustible, ya que al ser fuego abierto, se consumirá rápido.
Con dos barriles
Pensando en disminuir el consumo de combustible anterior, aparece esta solución. Debes tener un barril grande y uno más pequeño que quepa dentro del primero. Esta técnica utiliza menos madera que la anterior para quemar, puesto que el fuego queda contenido dentro del barril grande.
Corta una abertura en el barril grande por donde cargarás el combustible. Hazle perforaciones al barril pequeño por debajo para que entre el calor. Llénalo de trozos de madera de 10 cm.
En el fondo del barril grande, coloca una base de ladrillos para separar el barril grande del pequeño y permitir colocar combustible por debajo. Encima de este «armazón», coloca el barril pequeño, cuidando que no sobresalga del barril grande. Tapa bien ambos barriles. Si el barril pequeño sobresale, baja la altura del armazón de ladrillos del fondo.
Agrega madera en el barril grande por la abertura y enciéndela. Mantén el fuego por unas 7-8 horas.
En una hornilla en el suelo
La versión más antigua y clásica de todas. Se realiza en un hoyo en el suelo, o en pequeñas cuevas de 1 o 2 metros de alto, con una pequeña salida para los gases. Por un agujero se introduce la madera y luego se enciende el fuego. La puerta se debe tapar con piedras, o barro para evitar la entrada de aire. Se deja arder por varios días hasta que deja de salir humo por la parte superior.
En un horno de barro o ladrillos
Similar a lo anterior, pero más moderna. Se realiza en un horno de barro, adobe o ladrillos con una puerta de metal. Se introduce la madera y se enciende. Como en todos los tipos, la puerta debe quedar bien sellada para evitar la combustión completa por la entrada de aire.
Si el horno es más grande, toman una forma de pirámide y demora entre 10 a 15 días para estar listo.
Con alguna de las técnicas mencionadas podrás tener tu propio carbón para utilizar cuando necesites, incluso en el invierno, cuando es difícil encontrar leña seca. ¿Tienes algún truco distinto de cómo hacer carbón?