Republicado. Originalmente publicado 1 de febrero de 2022 @ 10:18
El desperdicio alimentario son aquellos alimentos descartados en alguna etapa desde su cadena de producción y que no llegan a ser consumidos por algún ser humano. Se calcula que es entre un tercio y la mitad de los alimentos producidos. Dado que son productos que consumen agua, fertilizantes, antibióticos (en caso de las carnes) durante su producción, y eliminan gases como el metano en su fase final de descomposición, se considera que es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero (8 a 10% del total). Contribuyen al cambio climático mucho más que la producción de carne por ejemplo.
También influye en el impacto ambiental negativo de la agricultura, al aumentar la cantidad de agua necesaria, de tierra y otros recursos. La necesidad de tierra para cultivos y ganadería desforesta miles de hectáreas cada año. Casi el 30% de la tierra agrícola mundial se utiliza para alimentos desperdiciados. Y los fertilizantes requieren combustibles fósiles como petroleo para su producción.
Además, muchos de los alimentos desperdiciados a nivel del consumidor final, ocuparon transportes que también consumen energía y contaminan. La reducción del desperdicio de alimentos como una de las formas más efectivas de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
También suponen pérdida de tiempo, trabajo (mano de obra) y capital, agregando más factores negativos.
Esto lo convierte en un uno de los factores que se deben disminuir en pos de lograr una sostenibilidad mundial. Tan importante es que se instauró el 29 de septiembre como el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) distingue entre «pérdida de alimentos» y «desperdicio de alimentos»:
- La pérdida de alimentos mide la disminución de la biomasa comestible (excluidas las partes no comestibles y las semillas) en toda la parte de la cadena de suministro específicamente dedicada a los alimentos comestibles para el consumo humano, es decir, las pérdidas en la producción, después de la cosecha y las etapas de transformación. Esta definición de pérdidas incluye la biomasa inicialmente destinada al consumo humano pero finalmente utilizada para otros fines alternativos, como combustible, fertilizantes o alimentación animal, por lo que no es completamente una pérdida. Algunos autores argumentan que estos usos alternativos no son pérdida y
- solo los alimentos que terminan en vertederos deben contarse como desperdicios de alimentos.
- El desperdicio de alimentos es la pérdida de alimentos que tiene lugar durante las fases de venta al por menor y de consumo final debido al comportamiento de los minoristas y los consumidores, que es arrojar los alimentos como desperdicio. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos lo define como «desperdicios de comida preparada o comida que no se ha comido de residencias y establecimientos comerciales como tiendas de comestibles, restaurantes, y locales de producción, cafeterías y cocinas institucionales y fuentes industriales como los comedores de empleados»
Utilizaremos el término «desperdicio» para englobar ambas definiciones de ahora en adelante.
Causas del desperdicio alimentario
Los productos son desechados por varios motivos:
- Condiciones climáticas severas que dañan los cultivo
- Plagas que destruyen los cultivos
- Cosecha en momento inapropiado
- Por no tener la forma, tamaño o color que se consideran comestibles. Cerca del 40 a 60% de los peces capturados en Europa se descartan por ser de un tamaño o especie incorrecta.
- Daños producto de la cosecha, transporte o almacenaje, incluyendo mal manejo durante la cosecha o pérdida de las cadenas de frío por ejemplo.
- Errores y retrasos en el envasado y conservación de los alimentos.
- Porque están cerca de la fecha de caducidad
- Porque se han producido cantidades mayores a las necesarias. Algunos productores producen más de lo que se requiere, por clausulas contractuales con los minoristas, donde los pueden cancelar si no proveen la cantidad necesaria. Como resultado, producen más para tener un margen de error. Si sobra, simplemente lo eliminan.
- Problemas en la comercialización del producto
- Variabilidad en la demanda, que hace que algunos stocks alcancen su fecha de caducidad. Por ejemplo, alimentos que se comen en navidad y que pasada las fiestas, ya no se consumen y se deben eliminar.
- En las áreas urbanas, los árboles frutales y de nueces a menudo no se cosechan porque las personas no se dan cuenta de que la fruta es comestible o temen que esté contaminada, a pesar de las investigaciones que demuestran que la fruta urbana es segura para el consumo.
- En el hogar, por mala planificación en las compras, almacenamiento inadecuado, o en la preparación excesiva de comida.
Prevenir el desperdicio alimentario
El mayor esfuerzo debe realizarse desde las primeras etapas de la cadena de suministro, a nivel de granjas y campos, que es donde más se pierden y desechan alimentos que podrían consumirse al final (lo que la FAO define como «pérdida de alimentos»):
- Se debe ayudar a granjeros, invertir en infraestructuras y transporte, que ayudarían a reducir los alimentos que se pierden y se desechan.
- La lucha contra plagas debe ser prioridad en zonas productoras de alimentos.
- Redes de alimentos excedentes permiten que los productores entreguen alimentos que desecharían, para que empresas sociales sin fines de lucro alimenten a personas en situaciones de calle o pobreza extrema.
A nivel final, en el consumidor, el impacto es menor, pero no por eso despreciable. Permite que toda la sociedad sea consciente de este problema y ayuda a educar a las siguientes generaciones. En tu hogar puedes:
- Preparar porciones más pequeñas: la obesidad es un tema mundial y comer menos se hace necesario. A la vez, reduces la necesidad de refrigerar las sobras, con menos necesidad de energía eléctrica, y al final, reduces la basura.
- Compra la que necesites a corto plazo: Este punto puede ir en contra de todo lo que hemos discutido en este blog acerca del preparacionismo y tener nuestra despensa bien equipada. Sin embargo, hay métodos de gestionar mejor los alimentos que guardas, para evitar que deterioren o lleguen a su fecha de vencimiento. Lo importante es planificar con antelación y hacer un lista precisa del consumo familiar y lo que necesitas reponer.
- Recuerda siempre comer lo que esta por vencerse, algo que en países angloparlantes definen como FIFO, «First in-First out» (lo primero que entra a la despensa es lo primero en salir…es decir lo más antiguo y cercano al vencimiento). Coloca los alimentos recién llegados al fondo de la despensa y delante los que debes utilizar antes.
- Revisa las fechas de caducidad: algunos alimentos tienen fecha de consumo preferente, donde el alimento aún se puede consumir, pero ya no estará en su mejor momento. La fecha de caducidad tampoco impide que los alimentos puedan consumirse, sólo que puede tener riesgos por los que la empresa productora no responderá.
- Puedes comprar frutas y verduras algo «feas»: los vegetales con formas y colores no perfectos son igual de alimenticios que los otros. Y en ocasiones hasta salen más baratos.
- No tires las sobras: úsalas como ingredientes en otros platos o recaliéntalos para otra comida. Es importante que los refrigeres lo antes posible después de preparados, aunque gastes más energía por el uso del refrigerador. Esto porque en los alimentos calientes las bacterias comenzarán a desarrollarse y el alimento se pondrá malo antes. Debes pasar de caliente a frío en menos de 1 hora.
- No botes el agua de cocción de verduras: ponla dentro de una botella y congélala. Puedes reutilizarla para hacer sopas u otros caldos. Otra opción es hacer cubitos de hielo con el caldo, y usarlos cuando necesites.
- El pan añejo puede usarse para hacer pan rallado casero. Picalo en una picadora eléctrica o con un rallador. Mételo al horno a 150º por 10-20 minutos para eliminar la humedad y evitar que le aparezca moho.
- Para prolongar la duración de los huevos, aplícales una pequeña capa de aceite por toda la cáscara. Permitirá que duren dos o tres semanas más.
- Para que las frutillas (fresas) duren más, prepara una mezcla de 1 parte de vinagre y 10 de agua. Baña las frutillas en la mezcla y luego sécalas. Como la mezcla es tan diluida las fresas no tendrán sabor a vinagre y con este truco durarán dos semanas sin ablandarse.
- Si tienes un huerto y produce muchos vegetales, aprovecha para venderlos o para hacer trueque. También puedes conservar algunos productos por distintas técnicas. Por ejemplo, mermeladas, conservas, secado.
- Por último, históricamente se ha disminuido el desperdicio de alimentos dándole los restos a los animales del hogar y granja. Puedes alimentar perros, gatos, cerdos y gallinas con los restos de alimentos del hogar.
- En caso de no tener animales, los restos vegetales puedes compostarlos y producir tu propia tierra y fertilizante.
Puedes revisar algunas recetas con restos de alimentos en las publicaciones de recetas de supervivencia. También puedes revisar qué hacer con el aceite usado. Por último, cualquier desperdicio puede usarse para otros fines.