Republicado. Originalmente publicado 30 de septiembre de 2022 @ 11:14
Cuando se empieza con el preparacionismo, el común de la gente comienza a acumular víveres e insumos en la despensa, sin una gran planificación, sin tener en cuenta el número de personas que componen su grupo familiar, sus preferencias y gustos de alimentación, la facilidad o dificultad para cocinar dichos alimentos en una situación fuera de lo normal, ni siguen un orden para ir almacenando. Al cabo de algunos meses, se da cuenta de que muchos alimentos comienzan a vencerse y no tiene cómo ir consumiéndolos con facilidad, y buscar algo en la despensa es una odisea.
Así que, si estás empezando con el preparacionismo, o si llevas ya un tiempo en el tema, te contamos algunos errores que se cometen en el almacenamiento de víveres en tu despensa de emergencia.
¿Qué errores debes evitar en tu despensa?
Almacenar alimento que normalmente no consumes
En una situación de supervivencia, hay ansiedad, agotamiento físico y mental, a veces poco tiempo. Queremos comer alimentos que nos gustan, a los que estamos acostumbrados, que nos suban la moral. Sin embargo, uno de los errores clásicos, es acumular alimentos extraños, que no conoces normalmente y que no sabes preparar, para los que tienes muy pocas recetas.
Cuando acopies alimentos, lo que debes hacer es simplemente comprar más de lo que siempre comen en tu casa, lo que les gusta y están acostumbrados. Serán alimentos para los que conoces muchas recetas y variaciones. Como regla general, almacena aquellos alimentos que consumes por lo menos una vez a la semana.
Por supuesto que también debes incluir alimentos fáciles de almacenar, como arroz y legumbres, si no los tienes ya incluidos, por ser el principal recurso en caso de una situación de crisis, principalmente porque duran muchos años y aportan bastantes calorías.
Esto también aplica para alimentos que nunca has consumido. Por ejemplo, almacenaste unas conservas que nunca habías probado, y cuando las abres, resulta que el sabor no es del agrado de todos. Perderás todo lo que compraste. Como sugerencia, cuando agregues algo nuevo y no probado a la despensa, compra pocas unidades inicialmente (una o dos). Luego de probarlas, y si son del gusto de todos, puedes almacenar más.
Acumular solo un tipo de alimento
Imagina una situación de supervivencia de dos o tres meses y en tu despensa solamente hay arroz y legumbres. Comer arroz y legumbres durante todos esos meses, al desayuno, al almuerzo y en la noche, a pesar de que a toda la familia le gusten mucho y preparen dos o tres recetas distintas, terminará por aburrirlos, generando mayor descontento frente a la situación.
Debes almacenar una gran variedad de alimentos, con el fin de ir rotando y creando nuevos platos. Eso aportará distintos nutrientes, evitando la aparición de enfermedades por déficit de algunos de ellos. Así también, recuerda que existen muchos métodos de almacenar y procesar alimentos, que ayudarán a aumentar la variedad que los platos. Puedes almacenar carne o verduras congeladas, pero también deshidratadas o en conservas.
Acumular comidas preparadas
Las comidas preparadas tienen la gracia de ser fáciles de consumir, en caso de tener poco tiempo o combustible/energía para cocinarlas.
Sin embargo dan cero opción de versatilidad. Una lata de ravioles sólo te permitirá comer ravioles. En cambio, es preferible almacenar los ingredientes individuales para preparar dicho comida (Harina, salsa de tomates, especies, etc). Ya que ellos darán la posibilidad de preparar muchos otros platos diferentes.
Como sugerencia, almacena platos preparados para una mochila de 72 hrs, o para los primeros 3 o 4 días de emergencia, donde sólo debes calentar. Para después, mejor cocinar.
Comenzar a acumular pero no persistir en el tiempo
Los alimentos en la despensa van venciendo, se van consumiendo a medida que pasa el tiempo. El acopio en la despensa es un proceso permanente, lento y pausado. Consumes uno, compras y repones dos, semana a semana, mes a mes. No compres todo de una vez, porque cuando caduque, caducará todo el lote al mismo tiempo. Eso también aumentará tus gastos, al comprar todo junto y perderlo todo al mismo tiempo. Tu presupuesto no se desordenará demasiado si solamente compras un poco cada vez.
Crear tu despensa y dejarla estar
Muy relacionado con el punto anterior y con el primero, debes ir consumiendo y reponiendo permanentemente la despensa. Es la mejor manera de evitar que los alimentos se venzan.
Recuerda ir guardando los alimentos que repones al fondo de la despensa, con el fin de ir usando los más antiguos que están más adelante. Muchos alimentos enlatados duran entre 2 y 5 años, pero es fácil olvidarlos, el tiempo pasa rápido y cuando vas a consumirlos, vencieron hace varios años.
No tener un inventario
Dependiendo del tamaño de tu despensa y para cuanto tiempo la planificaste, puede ser que olvides qué tienes guardado y las fechas de vencimiento de cada alimento. Lo ideal no es armar un inventario con lo que hay almacenado, para saber cuando vence cada cosa, y cuanto tiempo te durará tu despensa.
Como sugerencia, hay muchas aplicaciones para el computador o celular que podrían servirte, aunque una planilla excel, o incluso el viejo lápiz y papel harán el trabajo. Solo se requiere un poco de orden y método.
Privilegiar los congelados
Como ya dijimos, hay muchas formas de procesar y almacenar alimentos. Pero es habitual ver gente que compra dos o tres congeladores y los llena de víveres congelados, sin tener un respaldo de energía alternativa frente a los cortes de energía eléctrica que pueden ocurrir. En una situación de esas, de las que hemos sido testigos, los alimentos congelados durarán unos pocos días y para no perderlos, deberán consumirlos rápidamente o regalarlos.
Como idea, a menos que tengas un plan de emergencia con energía alternativa para varios días, debes planificar que tus alimentos congelados sean posibles de consumir en dos días en el grupo familiar. Almacenar más que eso, implicará tener que regalar, reprocesar en otras formas (por ejemplo, deshidratar o hacer conservas) o botar a la basura.
En una situación de emergencia, sin gas, energía eléctrica y agua, la posibilidad de procesar alimentos que están descongelándose y estropeándose es bastante reducida, así que sugiero no planear en esa opción.
No etiquetar los alimentos con la fecha de compra
A veces, algunos alimentos traen etiquetas que dicen «consumir antes de x meses», pero se hace difícil recordar cuando fueron comprados o fabricados. En otros, la fecha de vencimiento es difícil de leer o se borra con el tiempo.
En esos casos, lo mejor es anotar la fecha de compra y así, se puede saber cuál es más antiguo para consumirlo antes.
No reconocer la real fecha de caducidad
Hemos mencionado algunas veces que la fecha de vencimiento escrita en los envases de los alimentos (y también medicamentos) no siempre es la real fecha de vencimiento de ellos. Pueden durar bastante tiempo más. ¿Pero cuánto tiempo más? Eso es algo que se aprende con la práctica. Por ejemplo, abrir unas galletas, un paquete de harina o una leche en polvo y encontrar que el sabor y la textura no es la misma, hace saber que se pasaron demasiado de la fecha de vencimiento. Aprende a reconocer, según las características de tu despensa (temperatura, humedad), cuanto más duran los alimentos que tienes almacenados.
Olvidar las especias y condimentos
Comer el mismo alimento durante meses, como ya dijimos, puede ser aburrido y generar molestias en el grupo. Es vital almacenar distintos condimentos y hierbas, que te permitirán distintas preparaciones con el mismo alimento.
Recuerda eso si, que los condimentos tienden a perder el sabor con el paso del tiempo mientras están almacenados. Guarda algunos, pero no tantos.
Almacenar alimentos en grandes contenedores
Un error frecuente es comprar grandes contenedores de alimentos, o reenvasar las provisiones en grandes envases. Podría ser una buena idea, ya que comprar al por mayor usualmente genera algunos ahorros.
Pero, si los alimentos se dañan por algún motivo, o debes abrir los envases para consumir, puede ser que pierdas más alimentos de lo planeado. Por ejemplo, hay algunas conservas en tarros de 2 o 3 kilos. Si no los consumes rápidamente, una vez que abras el tarro, podrías perder el resto. En el caso de harina o arroz, reenvasar en tarros de 5 kilos podría hacerte perder todo el tarro si le entra humedad, hongos o algún roedor se abre paso. Por ello, es preferible envases pequeños de uso rápido.
No cuidar las condiciones de la despensa
Puedes almacenar mucha comida para varios años, pero si no te preocupas que tu despensa cumpla con las condiciones adecuadas, de nada servirá, ya que cuando vayas a consumir los víveres, estarán dañados.
En general, la despensa debe tener una temperatura fresca todo el año (10-15 °C), sin luz solar directa, y una humedad baja. Por supuesto, debe estar bien protegida de inundaciones, entrada de insectos y roedores, e idealmente que extraños no tengan acceso fácila robar su contenido. El lugar ideal en una zona no húmeda y sin riesgo de inundaciones, es una bodega subterránea. En zonas húmedas puede aparecer oxidación de las latas de conservas y otros productos sufrir deterioro por hongos (la harina, la leche en polvo y otros alimentos en polvo pueden azumagarse).
Mover la bodega una y otra vez
Planifica tu bodega de tal forma que no debas moverla. Una vez que empieces a acopiar víveres, puede llegar a ser bastante volumen de alimentos. Y moverlos de un lado para el otro no será fácil, y algunos productos que hayas envasado en frascos de conserva pueden sufrir golpes, quebrarse, abrirse, etc. En ese caso, vigila los alimentos, y consume inmediatamente aquellos que hayan perdido el sello.
Dar a conocer tu bodega
Esto aplica a todos los temas de preparacionismo. Es una larga discusión entre informar al resto de la familia o comunidad, con el fin de que ellos también se preparen para una eventual emergencia, pero al hacerlo, das a conocer a todos ellos que estás preparado y equipado. En caso necesario, vendrán a tu casa a pedir alimentos o incluso a vivir. Lo cual te generará un conflicto, ya que deberás decidir si aceptas la llegada de otros a tu grupo familiar, disminuyendo la provisión de alimentos que tenías presupuestado para cada integrante.
Como sugerencia, almacena para algunas bocas más que pueden llegar de improviso. Esto también te dará un margen de seguridad, y eventualmente podrían ser provisiones para realizar trueque.
Tener solo una bodega
Por varias razones ya mencionadas, tener solo una bodega puede no ser buena idea. Como ya dijimos, algunos alimentos pueden necesitar diferentes condiciones de almacenamiento y tener dos bodegas te permitirá guardarlos en diferentes condiciones. Por ejemplo, puedes tener una despensa más calurosa (cerca del techo o segundo piso) donde almacenar alimentos secos, mientras el resto está en un lugar más fresco y helado.
Pero también esta el tema del robo o confiscación. Una situación de crisis social y el gobierno se entera que tienes una despensa donde acumulas alimentos para varios meses. Lo primero que harán es quitarte todas esas latas de comida.
O una inundación acaba con tu única despensa en el subterraneo. Adiós a tu despensa también.
Por lo que no es mala idea tener al menos dos o tres lugares donde guardar víveres. Teniendo siempre en mente la rotación para que no se dañen, como ya dijimos.
¿Tienes tu despensa de emergencia ya equipada? ¿Has cometido alguno de estos errores? ¿Qué otro error has encontrado?
Última actualización: octubre 4, 2024 por Morpheuz