Un huracán es como un monstruo que se forma en el océano, crece alimentado por el calor del agua, y luego avanza hacia la costa con una fuerza tremenda. Lo que mucha gente olvida es que no solo trae viento, también viene cargado con lluvias torrenciales, marejadas ciclónicas y cortes de servicios que pueden durar semanas.
Lo bueno es que no aparece de un momento a otro. Gracias a la tecnología moderna, podemos rastrear su movimiento días antes de que llegue. Pero ahí está el problema: muchas personas piensan que tener tiempo es igual a tener control, y no se preparan lo suficiente.
Antes del huracán: tu ventana de preparación
La preparación es tu mejor defensa. Si un huracán está en camino, no esperes hasta el último día para actuar. Aquí tienes una lista clara de lo que debes hacer.
Infórmate a diario
- Sigue fuentes confiables como el Centro Nacional de Huracanes (EEUU) o la agencia meteorológica de tu país.
- Instala apps como Clime, Windy o Alertas de Protección Civil.
Conoce la ruta de evacuación
- Identifica los albergues o refugios oficiales más cercanos.
- Si vives cerca de la costa o en una zona propensa a inundaciones, prepárate para evacuar antes de que te lo ordenen. Si estás a menos de 3 m sobre el nivel del mar o tu zona figura en los mapas de inundación, programa tu salida en la Fase de Alerta —ese momento en que el parte dice “posible impacto en 48 h”.
- No basta con “saber” por dónde salir; hay que recorrerlo. Haz una prueba en sábado, con los niños y la abuela a bordo, para ver si todos caben y cuánto tardan las mascotas en subirse al auto. Lleva un cronómetro y un cuaderno.
Arma un kit de emergencia específico para huracanes
Incluye:
- Agua potable para al menos 3 días por persona (mínimo 4 litros por día).
- Alimentos enlatados o deshidratados.
- Linternas, baterías, radio portátil.
- Medicamentos y botiquín completo.
- Documentos importantes en una bolsa hermética.
- Mascarillas, alcohol gel, toallas húmedas.
- Cargadores solares o de manivela para celulares.
Más detalles puedes encontrar en el blog.
Refuerza tu casa
- Tapa o refuerza las ventanas con madera contrachapada gruesa o persianas metálicas. También puede utilizarse vidrio laminado.
- Asegura puertas, techos livianos, tanques y objetos del jardín. Dale especial importancia al portón del garaje, que cuando se dobla, la presión interna revienta el techo.
- Limpia desagües y canaletas para evitar inundaciones.
Llena el tanque del auto
- Durante emergencias, las estaciones de gasolina pueden cerrar o quedarse sin combustible.
- Ten gasolina adicional: dos bidones de 10 L con estabilizador te dan 200 km extra; guárdalos lejos de fuentes de calor.
- Autos eléctricos: procura 80 % de carga antes de la tormenta; los supercargadores también pierden energía.
- Planifica rutas alternativas: si la autopista principal se inunda, tu combustible debe alcanzar para bordear la zona.
Asegura tus documentos
- Guarda pasaportes, actas, pólizas de seguros y contactos de emergencia en un solo lugar, fácil de llevar contigo.
- Una posibilidad es generar copias en pdf y guardarlas en un pendrive o en la nube.
Congela botellas de agua
- No solo sirven como bebida, también ayudan a mantener fríos los alimentos si se va la luz. Un congelador lleno se demora más en descongelar que uno vacío, así que si tienes espacio, llenalo de botellas con agua.
Planifica para tus mascotas
- Prepara comida, correas, bolsas de limpieza y un lugar seguro para ellas.
Durante el huracán: la tormenta no perdona errores
Cuando el huracán comienza a sentirse, ya no hay espacio para moverse. Ahí toca protegerse y resistir.
Permanece dentro de casa o en un refugio
- Usa un refugio oficial, si existe.
- En caso de quedarte en tu hogar, aléjate de ventanas y puertas. El vidrio puede estallar por presión o recibir impactos de escombros.
- Refúgiate en una habitación interior sin cristales (un baño, clóset o pasillo funciona bien) en el nivel más bajo. Añade colchones, cascos o almohadas para proteger cabeza y cuello.
No salgas “a ver qué pasa”
- Vientos huracanados (≥ 119 km/h) convierten ramas, tejas o tablas en proyectiles capaces de causar lesiones mortales. Ya con 100-120 km/h se registran daños severos por objetos voladores.
No confíes en la calma repentina
- Si el “ojo del huracán” pasa por tu zona, puede parecer que todo terminó, pero en minutos volverá con más fuerza desde el lado opuesto.
Corta el gas y desconecta aparatos eléctricos
- Si penetra agua o hay daños estructurales, cortar los suministros reduce riesgo de incendios, explosiones y cortocircuitos. Aprende dónde están las válvulas y el interruptor principal antes de la temporada.
Usa linternas, no velas
- En un ambiente cerrado y con riesgo de fuga de gas, una vela puede causar una tragedia.
Mantén la radio o apps activas
- Escucha instrucciones oficiales. No te guíes por rumores o publicaciones no verificadas.
Si tu vivienda se vuelve insegura, muévete solo si es seguro
- Si el techo cede o entra agua a gran velocidad, busca refugio en un espacio más seguro dentro de tu hogar, pero no salgas si las condiciones son extremas.
Después del huracán: sobrevivir al caos
Cuando el huracán se va, lo que deja atrás puede ser incluso más peligroso si no actúas con cuidado.
No salgas hasta que lo indiquen las autoridades
- Puede haber cables sueltos, árboles caídos o estructuras inestables.
Evita el agua estancada
- Puede estar contaminada o esconder objetos peligrosos. También es un foco de enfermedades.
Revisa tu vivienda con cuidado
- Asegúrate de que no haya grietas graves, olor a gas o cableado expuesto antes de entrar.
Toma fotos de los daños
- Servirán para reclamar al seguro o solicitar ayuda oficial.
Ayuda a vecinos en situación vulnerable
- Adultos mayores, personas con discapacidad o familias con bebés necesitan apoyo extra tras la tormenta.
No uses generadores dentro de casa
- El monóxido de carbono es letal. Siempre colócalos al aire libre, lejos de ventanas y puertas.
Sé paciente con los servicios públicos
- Puede haber cortes de agua, luz, gas e internet durante días o semanas. Mantén la calma y administra tus recursos.
Conclusión: el huracán avisa, pero no esperes hasta el final
Los huracanes no son sorpresas. Te avisan con tiempo. La pregunta es: ¿te preparas con tiempo o lo dejas para mañana?
No basta con tener latas en la alacena. Necesitas un plan, un kit completo y una mentalidad lista para actuar. Afortunadamente, tú que estás leyendo esto ya diste el primer paso.
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