¿Piensas empezar en el mundo del trekking? ¿O te ha pasado que te aventuras a la montaña con toda la emoción del mundo, y al segundo día ya estás considerando fingir una lesión para volver a casa en helicóptero? A mí sí. Más de una vez. Pero después de 30 años metido en cerros, quebradas, glaciares, y hasta perdiendo equipo en una salida (historia real), he aprendido que el trekking de varios días no se trata solo de poner un pie delante del otro. Es una coreografía entre mente, cuerpo y mochila.
Hoy te traigo 15 puntos clave que te van a salvar la espalda, el ánimo y quizás hasta la vida si estás pensando en hacer una travesía de varios días. Ponte cómodo, que aquí vamos.
1. Planifica como si fueras paranoico
Sí, suena exagerado, pero créeme, la montaña premia a los obsesivos. Investiga la ruta, el clima, los puntos de agua, posibles salidas de emergencia… hasta si hay cobertura de celular en algún punto (spoiler: probablemente no).
Un trekking de 4 días se puede convertir en uno de 7 por muchas razones: subestimar el terreno, cambio en el clima, accidente. Al final, llevar una sopa instantánea y unos chocolates extras, pueden salvarte la vida.
2. La mochila: tu nuevo apéndice
No te lleves media casa. La regla de oro: no más del 20% de tu peso corporal. Todo lo que metas, lo vas a cargar TODO el día, TODOS los días.
¿De verdad necesitas ese segundo pantalón “por si acaso”? Spoiler: no.
3. Botas probadas, no nuevas
Este es el error clásico: botas nuevas para el gran viaje. Fatal. Las ampollas no tienen piedad. Usa tus botas al menos un par de semanas antes del viaje. Y llévate curitas, por si las moscas.
4. Comida que alimente y levante el ánimo
Nada de solo barritas. Piensa en calorías reales: arroz, lentejas, avena, chocolate (mucho), frutos secos, sopas.
Yo tengo un clásico: quesadillas con queso, jamón o atún. Suena triste, pero después de 8 horas caminando… es gourmet.
5. Hidratación: más que solo agua
Lleva pastillas de electrolitos o un sobrecito de sales. El agua te hidrata, pero la sal con algo de azúcar evita calambres y bajones de energía. Y no te olvides del sistema para filtrar agua: pastillas, filtro o hervir. Nunca bebas directo de un arroyo solo porque “se ve limpia”.
6. Capas, capas y más capas
No es un desfile de modas. Es sobrevivir al clima bipolar de la montaña: solazo al mediodía, ventisca a las 5. Aplica la técnica cebolla:
- Primera capa térmica (que seque el sudor)
- Segunda capa abrigadora
- Tercera capa impermeable
Y un gorro. Siempre un gorro.
7. Respeta tu ritmo (y el de tus compañeros)
No es carrera. Ir muy rápido solo garantiza llegar fundido al campamento. Además, si vas en grupo, adaptarse al más lento es ley no escrita. Si no, prepárate para fricciones más tóxicas que tu ex.
8. El GPS no reemplaza tu sentido común
Recuerda llevar siempre un GPS con la ruta que vas a realizar.
Aunque tener GPS o app de navegación está perfecto, pero nunca reemplaza un mapa físico y saber leerlo. ¿Batería descargada? ¿Teléfono mojado? ¿Se te cayó al río? Ya me ha pasado todo eso.
9. Botiquín: no escatimes
Un buen botiquín debe incluir:
- Paracetamol y antiinflamatorios
- Apósitos, gasas, micropore
- Pastillas para diarrea (sí, lo necesitarás)
- Repelente y bloqueador solar
Si usas medicamentos recetados, lleva de más.
Y si lo de hacer trekking va en serio, toma un curso de primeros auxilios. Todo tu grupo te lo va a agradecer.
10. Campamento cómodo = descanso real
Una buena carpa, aislante decente y saco de dormir acorde al clima marcan la diferencia entre dormir o pasar la noche en modo momia congelada.
¿Te ha tocado dormir con la espalda enraizada en una piedra? A mí sí. Nunca más sin revisar bien dónde armar la carpa.
11. Prepárate mentalmente
No todo es físico. Habrá momentos donde te preguntarás “¿por qué estoy haciendo esto?”. Es normal. El secreto está en enfocarte en el paisaje, en el paso a paso, en la risa compartida con tus compañeros.
A veces el cuerpo puede más de lo que creemos… pero la cabeza se rinde primero.
12. Respeta la montaña
No dejes basura, no cortes árboles para hacer fuego, no te salgas del sendero. La naturaleza es generosa, pero también tiene límites. Si cada uno de los que sale a la naturaleza hace lo mismo, se arruina para todos. Ideal si tomas un curso de «No Deje Rastro«, que te enseñará como comportarte en la naturaleza.
13. Entrena antes de salir
Haz caminatas con peso, sube cerros locales, simula tus jornadas. El cuerpo tiene memoria, y mientras más te prepares, menos sufrirás.
14. Documentos y permisos
No olvides revisar si necesitas permisos de CONAF, entrada a parques, avisar a carabineros o dejar tu ruta a alguien. No es solo papeleo, es seguridad real.
15. Disfruta, no solo sobrevivas
A veces estamos tan concentrados en llegar al siguiente punto que se nos olvida mirar el cielo estrellado, o escuchar el crujido de la nieve bajo los pies.
Haz pausas, saca fotos, ríe con tus amigos. Estos momentos son los que uno guarda para siempre.
¿Listo para tu próxima travesía?
Si leíste hasta aquí, ya estás un paso más cerca de hacer un trekking de varios días con la cabeza fría, los pies secos y el corazón contento.
Ahora dime: ¿qué ha sido lo más loco o divertido que te ha pasado en una salida? ¿Tienes alguna técnica o ritual de montaña que siempre te funciona?
Cuéntamelo en los comentarios o en el chat de Telegram para compartir anécdotas y tips de los buenos.
¡Nos vemos en la montaña! Y recuerda… no es locura si lo haces con planificación.