Republicado. Originalmente publicado 22 de junio de 2022 @ 12:09
En el ambiente urbano u rural, una situación en la que podemos estar envueltos es el ataque de perros. Perros vagos, asilvestrados o aquellos que no son suficientemente cuidados por sus dueños, pueden atacar a cualquier transeúnte. También es frecuente ver en las noticias como algunos atacan a sus propios dueños, con lesiones a veces mortales. Cuando es un perro, la situación es complicada, pero frente a una jauría, es casi imposible de manejar y lo mejor en esos casos es prevenir. Veremos qué debemos hacer y como manejarnos en esta situación.
Por el tamaño, los niños son las víctimas más frecuentes de las mordeduras de perro, recibiendo lesiones en la cara y el cuello, potencialmente mortales. Contrario a la creencia, la gran mayoría de los niños reciben mordeduras de perros conocidos, por lo que la prevención en importante.
Prevención
Mantén las vacunas de toda la familia al día, incluyendo vacuna contra el tétanos.
Si el perro es tuyo, trátalo con cariño, de forma que disfrute de la compañía de los humanos. Evita mantenerlo encadenado o encerrado en espacios pequeños, que lo pondrán ansioso y agresivo.
Nunca dejes a un niño pequeño sólo junto a un perro, ni siquiera si es el perro de la casa o conocido. Tampoco confíes si te dicen que esta entrenado o es tranquilo. Todos los perros pueden morder, incluso las razas más pequeñas.
No permitas que un niño juegue de manera agresiva con un perro, como forcejeo o lucha libre, ya que el perro tenderá a morder. Tampoco que le pise o tire la cola o le quite un juguete o un hueso.
Enséñale a tu hijo a pedir permiso al dueño del perro antes de acariciar a cualquier perro. Algunos perros son agresivos o no están acostumbrados a ser acariciados.
Enseñale a tu hijo no acercarse a patios o casas donde haya perros. Evita pasar por donde sabes que existen perros sueltos o muy territoriales.
Antes de acariciar a cualquier perro, permite que el perro te olfatee.
Evita estar en la cara o cola del perro.
Al acariciar, hacerlo con suavidad y evitar el contacto visual, especialmente al principio.
Nunca molestes a un perro cuando está durmiendo, comiendo o cuidando a sus cachorros. Suelen reaccionar de forma agresiva incluso con personas conocidas.
Enséñale a tu hijo a moverse lentamente y con calma en cercanía de los perros. Algunos tienden a atacar lo que se mueve rápidamente.
Enséñale a tu hijo que si un perro se comporta de forma amenazante, ladrando histéricamente, gruñendo y mostrando los dientes, cuerpo rígido, cola tiesa y mirada fija, se mantenga calmado, evite el contacto visual y retroceda lentamente hasta que el perro pierda el interés.
Causas de ataque de perros
Los perros no suelen ser agresivos, aunque hay razas más agresivas que otras. Cuando alguno ataca, suele ser por alguna de las siguientes causas o factores:
- Depredación hacia algún estímulo: por ejemplo, el instinto cazador les hace perseguir objetos en movimiento, como vehículos, bicicletas o gente corriendo.
- Protección de un territorio: algunas razas son más territoriales que otras y pueden atacar si consideran que el humano esta en su territorio.
- Poca socialización: los mamíferos son animales sociales. Es importante que los dueños favorezcan que sus mascotas socialicen con otras mascotas y humanos. Un perro sin socialización será más inseguro y propenso a atacar.
- Enfermedades: un animal enfermo o herido se puede comportar de forma violenta, evitando que la gente se acerque.
- Malas experiencias: animales maltratados suelen atacar en una forma de defenderse de peligros.
- Instinto maternal: las hembras son agresivas cuando tienen cachorros
- Por comida: si tienen hambre o sienten que les quieren robar su alimento
Que hacer frente un ataque de perro
Si un perro se acerca o persigue, evita correr. Si vas en bicicleta, bájate de ella y ponla entre tu y el perro. Los perros tienen un instinto cazador y correr o escapar, incluso en bicicleta, hará que seas visto como presa. Aunque seas un gran corredor, el perro es mejor que tu y te alcanzará de todas formas.
No patees ni hagas gestos amenazadores.
No hagas contacto visual. Para los perros, la mirada es signo de desafío. Míralo de reojo con la visión periférica.
Retrocede lentamente, teniendo siempre el perro a la vista. No le des la espalda.
Si bajaste de la bicicleta, es posible que el perro pierda el interés en un objetivo que ya no se mueve.
Mantén atención al entorno, en busca de cualquier objeto que sirva para defenderse del ataque del perro. Incluso si no hay un perro cerca, puede ser buena idea tener algo en la mano como defensa.
En caso que el ataque sea inminente, hay algunos trucos que utilizar:
- Utiliza un objeto para que muerda. Puede ser un paraguas, una chaqueta, un periódico o una mochila. Si notas que el perro está interesado en algún objeto, puedes lanzarlo lejos. Eso puede darte tiempo para huir.
- Bloquea con el brazo. Es preferible a que lo haga a la cara, cuello o las piernas, ya que te permitirá tener más control, evitarás caer y podrás contraatacar con las piernas o el brazo libre.
- Levanta los brazos y grita. La idea es aparentar ser más grande y peligroso, para que el perro cese en su ataque. Esto no siempre funciona, dependiendo del tipo y tamaño del perro, ya que puede incitarlo a un ataque mayor.
- No te muevas. El perro no se sentirá amenazado y dejará de atacar. Algunos simplemente quieren jugar efusivamente, y si hacemos gestos violentos, pueden cambiar de juego a ataque al sentirse agredidos.
- Si el perro ya mordió y no ha soltado, no trates de tirar o alejarlo. Eso sólo rasgará la piel y empeorará la herida. Ataca sus ojos con tus dedos pulgares, golpéalo en la garganta o tómalo por la fuerza de la garganta y trata de asfixiarlo.
- Si tienes que golpearlo, lo ideal es hacerlo con tus piernas de forma constante en su nariz, garganta, costillas o parte posterior de la cabeza. Algunos objetos como piedras o palos pueden ser útiles. En la medida de los posible, mantén su hocico a una distancia segura.
- Trata de mantenerte siempre de pie. Si el perro te tumba, enrróscate en posición de ovillo. Con un brazo protege la cara y cuello y con otro la zona de la ingle, que es donde los perros tenderán a atacar.
Manejo de mordeduras de perro
En caso de ser un perro conocido, solicita un comprobante de vacunación antirrábica al dueño, o los datos del veterinario.
El manejo de la herida debe ser como cualquier lesión:
- Detener posibles hemorragias
- Lavar la herida con agua y jabón
- Si las heridas son graves, trasladar a un centro de salud para su manejo.
La mordedura puede requerir el uso de antibióticos, vacuna antirrábica o antitetánica. Cualquier herida, por pequeña que sea, tiene riesgo de infectarse o transmitir enfermedades.
Se debe mantener una vigilancia adecuada del perro conocido por si aparecen signos de Rabia. Si el perro es desconocido e imposible de vigilar, se deberá vacunar con esquema completo contra la rabia.
La herida puede infectarse, por lo que debe mantenerse una adecuada vigilancia. Si aparece pus o supuración, inflamación y sensibilidad el área de la mordida, marcas rojas que salen desde la herida, se debe usar antibióticos, o incluso realizar aseo quirúrgico en pabellón.
No descuide la salud mental del niño o adulto mordido. Es posible que posterior al hecho, la víctima le tenga miedo a todos los perros de por vida.
Dar aviso de las autoridades
Dependiendo de las leyes de cada país, los dueños de los perros pueden ser responsables por las lesiones que estos ocasionan.
Da aviso a la autoridad entregando los datos del perro, su dueño y lugar del ataque. El dueño podrá ser multado y debería pagar indemnización por los daños y secuelas causados.
En caso que el perro no tenga dueño, las autoridades son responsables de la seguridad del resto de la población, y deberán enviar a alguien para atrapar al animal y evitar que el ataque se repita.
Última actualización: agosto 16, 2024 por Morpheuz