¿Alguna vez te has puesto a pensar cómo reaccionarían tus hijos si de pronto se corta la luz, hay un temblor fuerte, o tienen que evacuar rápido? Y no me refiero a las películas de catástrofes donde todo explota y hay efectos especiales. Hablo de cosas reales: un apagón, una lluvia torrencial, un incendio forestal cerca, o incluso un corte prolongado de agua.

A veces, la supervivencia en familia no es lo que vemos en internet con mochilas tácticas y leña partida con cuchillos gigantes. Es más bien saber calmar a un niño asustado, tener pañales secos a la mano, y poder preparar algo de comer cuando todo parece detenerse.

Hoy te voy a compartir lo que he aprendido —a veces por ensayo y error— sobre cómo preparar a tu familia para emergencias de verdad, viviendo más de 50 años en un país donde ocurren todas las situaciones de supervivencia que puedas inmaginar. Con sentido común, humor, y sobre todo: mucho amor.

Supervivencia en familia

1. La primera regla: si tú estás tranquilo, ellos también

Esto es clave. Los niños son como esponjas emocionales. Si te ven nervioso, corriendo por la casa sin rumbo, ellos lo van a sentir. Aunque por dentro estés en modo “¡ayuda!”, por fuera trata de mantener la calma y dar instrucciones claras: “Vamos a jugar al silencio con linternas”, “Vamos a sentarnos todos aquí hasta que pase la lluvia”. A veces una sonrisa improvisada puede marcar la diferencia entre la angustia y vivir una situación sin trauma.

2. Prepara un kit especial solo para ellos

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Sí, tu mochila de emergencia debe tener cosas básicas como agua, linternas, medicamentos… pero ¿y ellos? Los niños tienen necesidades distintas, y hay que pensarlas bien.

Aquí algunas cosas que nunca faltan en el “kit infantil”:

  • Un peluche o muñeco favorito (o uno similar que puedan usar en emergencia).
  • Snacks que no requieran refrigeración y les gusten: galletas, barras de cereal, compotas.
  • Audífonos y música o cuentos descargados en el celular (ideal para distraerlos).
  • Una muda de ropa, pañales si los usan, y toallitas húmedas (¡benditas toallitas!).
  • Colores, hojas o un libro de actividades para que tengan algo que hacer si hay que esperar.

Puedes guardar todo esto en una mochila solo para ellos, que incluso puedan llevar si ya tienen edad suficiente. Les hace sentir que son parte del equipo.

3. Juegos que enseñan sin asustar

Esto me encanta. Prepararse no tiene que ser sinónimo de miedo. Puedes hacer juegos como “el simulacro del pirata”, donde apagas todas las luces y usas solo linternas. O el “kit sorpresa”, donde les enseñas a buscar ciertos objetos importantes en la casa (una especie de búsqueda del tesoro).

También es buena idea practicar salidas de emergencia como si fuera un juego. ¿Dónde está la salida más cercana? ¿Qué hacemos si suena una alarma? Hazlo divertido, como una misión secreta. Ellos aprenden, tú los observas, y todos se preparan sin ansiedad.

4. El poder de la rutina en el caos

En una emergencia, mantener parte de la rutina ayuda muchísimo. Comer a la hora de siempre, cantar la canción que les gusta antes de dormir, leer su cuento favorito. Aunque todo esté fuera de lugar, si conservas algunos rituales, les das una sensación de seguridad. Cenar a la luz de las velas por ejemplo, es como una aventura, un campamento, pero en casa. El caos, si se maneja bien, puede transformarse en una aventura.

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5. Comunicación simple y realista

A veces subestimamos cuánto entienden los niños. No hay que mentirles ni darles detalles innecesarios, pero sí es bueno explicar lo que está pasando con palabras claras: “Se cortó la luz, pero tenemos linternas. Vamos a esperar tranquilos.” o “Hay un incendio cerca, y por eso vamos a salir de la casa por un rato. Vamos a estar bien.”

Evita frases como “todo está perfecto” si no lo está, porque ellos notan las contradicciones. Sé honesto, pero siempre con una actitud positiva.

6. Involúcralos en el plan familiar

Aunque sean pequeños, pueden tener un rol. ¿Quién lleva la linterna? ¿Quién ayuda a guardar las botellas de agua? ¿Quién lleva la lista de cosas? Convertirlos en parte del equipo les da seguridad y sentido de pertenencia. Además, los mantiene ocupados en lugar de asustados.

Una idea muy buena es crear una lista con dibujos (puedes hacerla tú mismo) donde muestren los pasos del plan familiar: “1. Agarrar la mochila, 2. Ir al punto de encuentro, 3. Llamar a la abuela.”

7. Cuidar también la salud mental (de todos)

Después de una emergencia, incluso si no fue muy grave, pueden aparecer temores, pesadillas o ansiedad. Escucha a tus hijos. No minimices lo que sienten. Y si puedes, hablen sobre lo vivido como algo que les hizo más fuertes, más unidos.

Y tú también, por favor: respira. Cuida tu salud mental. Busca apoyo si lo necesitas. La familia sobrevive mejor cuando los adultos también se sienten contenidos.

Entonces, ¿está tu familia lista?

No se trata de vivir con miedo, sino con conciencia. Tener un pequeño plan, una mochila lista, y saber cómo actuar puede transformar una emergencia en una experiencia manejable… incluso memorable.

Así que te invito a hacer esto durante el fin de semana:

  • Arma una mochila con tus hijos.
  • Hagan un simulacro jugando.
  • Elijan un peluche “protector” para llevar en emergencias.
  • Carguen un cuento o su música favorita en tu celular.
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Si quieres una guía completa para armar un kit en caso de emergencia, o como preparar a la familia, revisa los links. También puedes unirte a nuestro chat de Telegram.

¿Y tú? ¿Has vivido alguna situación difícil con niños donde tu preparación marcó la diferencia? ¿Tienes algún tip familiar que siempre funciona?

Cuéntamelo en los comentarios. Me encantaría leer tus historias, y seguro que a otros papás y mamás también les sirve.

Nos leemos en la próxima. Y recuerda: estar preparados también es un acto de amor.

Morpheuz

Por Morpheuz

Lo importante es saber un poco de todo. Y ser especialista en algo determinado. Después, basta aprender a colaborar con la comunidad.